El dolor de espalda es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. La mayoría de las personas experimentan un episodio de dolor de espalda en su vida. A menudo surge durante la adolescencia y se vuelve más común en los adultos.
Para el 25 por ciento de las personas que desarrollan dolor de espalda, puede volverse persistente, incapacitante y angustiante.
Puede afectar la capacidad de una persona para participar en las actividades de la vida diaria, la actividad física y el trabajo. Actividades como sentarse, ponerse de pie, agacharse y levantar objetos frecuentemente agravan el dolor de espalda.
Existe la creencia común de que la “buena” postura es importante para proteger la columna vertebral de daños, así como para prevenir y tratar el dolor de espalda.
La buena postura se define comúnmente como sentarse “erguido”, pararse “erguido y alineado” y levantar con una técnica de cuclillas y “espalda recta”.
Por el contrario, con frecuencia se advierte contra sentarse “encorvado”, pararse “encorvado” y levantar objetos con una “espalda redonda” o una postura encorvada.
Este punto de vista es ampliamente compartido por personas con y sin dolor de espalda, así como por médicos tanto en salud ocupacional como en atención primaria.
Sorprendentemente, hay una falta de evidencia de una fuerte relación entre la “buena” postura y el dolor de espalda.
Las percepciones de una “buena” postura se originan a partir de una combinación de deseabilidad social y presunciones infundadas.
Las revisiones sistemáticas (estudios que analizan una serie de estudios en un área) han encontrado que las intervenciones ergonómicas para los trabajadores y los consejos para los trabajadores manuales sobre la mejor postura para levantar objetos no han reducido el dolor de espalda relacionado con el trabajo.
Postura sentada y de pie
Nuestro grupo ha realizado varios estudios que exploran la relación entre la postura de la columna y el dolor de espalda.
Investigamos si las posturas sentadas “desplomadas” o de pie “no neutrales” (por ejemplo, arqueando o encorvando la espalda), en una gran población de adolescentes, se asociaron con o predijeron dolor de espalda en el futuro.
Encontramos poco apoyo para esta opinión.
Estos hallazgos son consistentes con las revisiones sistemáticas que no encontraron diferencias consistentes en la postura sentada o de pie entre las poblaciones de adultos con y sin dolor de espalda.
Las personas adoptan una variedad de diferentes posturas de la columna vertebral, y ninguna postura única protege a una persona del dolor de espalda. Las personas con posturas tanto encorvadas como erguidas pueden experimentar dolor de espalda.
Postura de elevación
Las prácticas de salud ocupacional aceptadas a nivel mundial sobre posturas de espalda “buenas” o seguras durante el levantamiento también carecen de evidencia.
Nuestra revisión sistemática no encontró evidencia de que el levantamiento con una postura de espalda redonda esté asociado con el dolor de espalda o sea predictivo del mismo.
Nuestro reciente estudio de laboratorio encontró que las personas sin dolor de espalda, empleadas en trabajos manuales durante más de cinco años, tenían más probabilidades de levantar objetos con una postura más encorvada y con la espalda redondeada.
En comparación, los trabajadores manuales con dolor de espalda tendían a adoptar más un levantamiento en cuclillas con la espalda más recta.
En otras palabras, las personas con dolor de espalda tienden a seguir los consejos de “buena” postura, pero las personas que no levantan pesas de la manera “buena” no tienen más dolor de espalda.
En un pequeño estudio, a medida que las personas con dolor de espalda incapacitante se recuperaron, se volvieron menos protectores y, en general, se alejaron del consejo de “buena” postura.
Si no es la postura, ¿qué más?
No hay evidencia de una sola “buena postura” para prevenir o reducir el dolor de espalda. Las columnas vertebrales de las personas vienen en todas las formas y tamaños, por lo que la postura es muy individual.
El movimiento es importante para la salud de la espalda, por lo que aprender a variar y adoptar diferentes posturas que sean cómodas probablemente sea más útil que adherirse rígidamente a una “buena” postura específica.
Si bien el dolor de espalda puede ser intenso y angustiante, para la mayoría de las personas (90 por ciento) el dolor de espalda no está asociado con un daño o patología identificable en los tejidos.
El dolor de espalda puede ser como un esguince relacionado con cargas incómodas, repentinas, pesadas o desacostumbradas en nuestra espalda, pero también puede ocurrir como un fuerte dolor de cabeza donde no hay lesión.
Es importante destacar que las personas son más vulnerables al dolor de espalda cuando su salud está comprometida, como si alguien:
Es más probable que el dolor de espalda persista si una persona:
¿Qué pueden hacer las personas con el dolor de espalda?
En un pequeño grupo (1 a 5 por ciento), el dolor de espalda puede ser causado por una patología que incluye una fractura, una neoplasia maligna, una infección o una compresión nerviosa (esta última se asocia con dolor en las piernas y pérdida de fuerza muscular y sensibilidad). En estos casos, busque atención médica.
Para la mayoría de las personas (90 por ciento), el dolor de espalda está asociado con la sensibilización de las estructuras de la espalda, pero no con daños identificables en los tejidos.
En esta situación, concentrarse demasiado en mantener una “buena” postura puede ser una distracción de otros factores que se sabe que son importantes para la salud de la columna.
Éstos incluyen:
- mover y relajar la espalda
- participar en la actividad física regular de su preferencia
- generar confianza y mantenerse en forma y fuerte para las tareas diarias habituales
- mantener hábitos de sueño y peso corporal saludables
- el cuidado de su salud física y mental en general.
A veces, esto requiere algo de apoyo y entrenamiento con un médico capacitado.
Por lo tanto, si está sentado o de pie, busque posturas cómodas y relajadas y varíelas.
Si está levantando pesas, la evidencia actual sugiere que está bien levantar pesas de forma natural, incluso con la espalda redonda. Pero asegúrese de estar en forma y lo suficientemente fuerte para la tarea, y cuide su salud en general.
Peter O’Sullivan, Profesor de Fisioterapia Musculoesquelética, Universidad de Curtin; Leon Straker, Profesor de Fisioterapia, Universidad de Curtin, y Nic Saraceni, Profesor, Universidad de Curtin
Este artículo se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.