STATEN ISLAND, NY — El entrenamiento de fuerza constante y el ejercicio aeróbico prolongaron la vida de los adultos mayores de 65 años, según un nuevo estudio publicado el lunes en la revista JAMA Network Open.
La investigación siguió a más de 116,000 personas durante un promedio de ocho años a través de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud en curso, un esfuerzo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) destinado a comprender mejor la salud en los Estados Unidos.
Las pautas actuales de actividad física recomiendan que los adultos mayores completen al menos dos días de entrenamiento de fuerza y 150 minutos semanales de actividad física aeróbica de moderada a vigorosa.
Después de controlar factores de riesgo como el índice de masa corporal, el cáncer y la diabetes, el estudio encontró que cumplir con ambas recomendaciones se asoció con un menor riesgo de muerte entre las personas de 65 a 85 años.
Los adultos que hacían de dos a tres o de cuatro a seis sesiones de ejercicios de fortalecimiento muscular tenían un menor riesgo de morir por cualquier causa en comparación con los que hacían entrenamiento de fuerza menos de dos veces por semana, lo que subraya la importancia de incluir el entrenamiento de fuerza en las rutinas de ejercicio.
Hacer más no fue beneficioso: el estudio encontró que entre siete y 28 sesiones semanales de entrenamiento de fuerza no ofrecían protección adicional.
“Los adultos mayores deberían moverse más y sentarse menos durante el día. Tenga en cuenta que algo de actividad física es mejor que nada”, dice el CDC en sus pautas. “Los adultos mayores que se sientan menos y hacen cualquier cantidad de actividad física de intensidad moderada a vigorosa obtienen algunos beneficios para la salud. Sus beneficios para la salud también aumentarán con la mayor cantidad de actividad física que realice”.
El entrenamiento de fuerza puede tomar múltiples formas. Levantar pesas o usar bandas de resistencia cuentan, pero también lo hacen los ejercicios de peso corporal como las flexiones e incluso trabajos pesados de jardinería como cavar o palear.
La investigación observó que las personas que completaban entre 10 y 300 minutos de ejercicio aeróbico a la semana tenían un menor riesgo de mortalidad por todas las causas en comparación con las que hacían menos de 10 minutos a la semana.
La actividad aeróbica incluye caminar, caminar, andar en bicicleta, ejercicios aeróbicos acuáticos y otras actividades cotidianas como empujar una cortadora de césped y rastrillar.